El Vaticano y sus entidades financieras asociadas transfirieron un total de 1.700 millones de dólares a Australia desde 2014, aparentemente sin el conocimiento de los obispos australianos, en un total de 400.000 transacciones. Eso supone una media de 60.000 transacciones al año, casi 200 transacciones diarias, de unos 4.000 dólares cada una.