Es evidente que las opiniones que se vierten en un cuaderno de bitácora son las propias de quien las escribe y que no comprometen a quién lo aloja, pero siéndolo, es conveniente repetirlo. Y lo repito porque cada vez que oigo a alguien hablar de la Nueva Normalidad agarraría una palo grande y le daría en la cabeza, actitud muy poco cristiana; afortunadamente, no pasa dela parte más superficial de mi cortex. Y lo malo es que, ese término va calando entre los tontos, los lelos y los bienintencionados