Es tendencia general pensar en Alemania cuando se piensa en "la Reforma". Allí nació y creció el auténtico cáncer del cristianismo, una enfermedad cuyo daño no ha decrecido y que resulta un auténtico escándalo. Son conocidos los nombres de los principales líderes del movimiento, tanto alemanes, Lutero y Melanchthoncomo franceses, Calvino o suizos, Zwinglio. Pero los nombres de los alemanes o suizos fieles a la Iglesia de Jesucristo, ¿nos vienen a la mente con la misma facilidad?
Peter Kanis un joven de carácter irritable, pendenciero, vanidoso y terco nació en 1521, en Nimega de Holanda, que dependía entonces de la arquidiócesis alemana de Colonia. Era el hijo mayor de noble Jacobo Kanis. A los diecinueve años obtuvo el grado de Maestro en Artes, en Colonia. Por complacer a su padre, Pedro estudió algunos meses el derecho canónico en Lovaina; pero, al caer en la cuenta de que ésa no era su verdadera vocación, hizo voto de castidad y volvió a Colonia a enseñar teología. La Providencia le juntó en Maguncia (Mainz) con el jesuíta Pedro Fabro en el verano de 1543. No debió suponerse el jesuíta que con sus Ejercicios espirituales iba a conquistarse para la naciente Compañía de Jesús a aquel joven alegre y vanidoso. La verdad es que en esos Ejercicios se decidió su vocación a santo y su ingreso en la Compañía. Desde entonces su nombre de Kanis se cambiará a Canisio.